Los operadores de producción pueden enfrentarse a diversos riesgos en el desarrollo de su trabajo, tales como:
- Riesgos asociados a equipos y maquinaria: En el trabajo de producción, la manipulación de equipos y maquinaria potencialmente peligrosos, como prensas u herramientas eléctricas, es común. Es fundamental seguir las indicaciones de seguridad y abstenerse de desconectar o desvincular equipos o máquinas sin haber tomado las medidas de seguridad apropiadas.
- Riesgos relacionados con productos químicos: Algunos productos utilizados en la producción, como productos de limpieza o líquidos refrigerantes, pueden resultar perjudiciales para la piel, los ojos y las vías respiratorias. Es imperativo seguir las indicaciones de seguridad y emplear los equipos de protección individual (EPI) adecuados al utilizar estos productos.
- Riesgos de caídas: El trabajo de producción puede implicar ocasionalmente el acceso a zonas de difícil alcance, como andamios o tejados, aumentando el riesgo de caídas. Es esencial seguir las normas de seguridad y utilizar EPI adecuados, como arneses de seguridad, para minimizar estos riesgos.
- Riesgos por movimientos repetitivos: Las tareas de producción pueden involucrar movimientos repetitivos, como apretar pernos o desmontar piezas, lo cual puede desencadenar trastornos músculo-esqueléticos. Es necesario tomar pausas regulares y variar las actividades para reducir estos riesgos.
- Riesgos de violencia: En ocasiones, el trabajo de producción puede implicar la labor en solitario en entornos públicos o privados, exponiendo a los trabajadores a situaciones de violencia o acoso.
- Riesgos de accidentes laborales: En caso de que un trabajador se encuentre solo y sufra un accidente laboral, podría ser complicado para él solicitar ayuda o alertar a los servicios de emergencia.
- Riesgo de incivilidad: Los operadores de producción pueden enfrentarse a situaciones de incivilidad, como agresiones verbales o físicas por parte de compañeros o terceros. Estas situaciones pueden provocar traumas psicológicos, deterioro del entorno laboral y disminución de la productividad. Por ello, es esencial que los empleadores implementen medidas preventivas y de concienciación para prevenir y gestionar eficazmente las incivilidades en el lugar de trabajo.
Para reducir estos riesgos y anticipar la seguridad de los trabajadores aislados, se recomienda la adquisición de un dispositivo de Protección del Trabajador Aislado (PTA) también llamado dispositivo “hombre muerto” u “hombre caído”.
La utilización de un dispositivo de alarma para trabajador aislado (PTA) puede resultar muy beneficiosa. Estos dispositivos permiten a los trabajadores informar rápidamente sobre una situación de emergencia o solicitar asistencia al presionar un botón de alarma, o de manera automática en caso de caída o pérdida de verticalidad, por ejemplo.
Estos dispositivos de protección incluyen funciones seguras como la localización GPS, la detección de caídas y pérdida de verticalidad, así como la detección de inmovilidad total (conocido como sistema “hombre muerto”).
Esta última función activará la alerta si el trabajador no desactiva la pre-alarma durante la cuenta regresiva de 30 segundos, solicitando así la intervención de los servicios de emergencia de manera urgente.
Es esencial que cualquier empresa implemente medidas de protección para los trabajadores aislados. La integración de dispositivos PTA fortalecerá la seguridad de los empleados y propiciará un entorno laboral más tranquilo. Al implementar estos dispositivos, la empresa demuestra su compromiso con la seguridad y el bienestar de sus empleados.